El plan parecía perfecto. Que saliera bien ya era otra cosa…
En un mundo dominado por los vampiros hay castas, y varios de los protagonistas de esta divertida y gamberra historia forman parte de ella. Los consideran meros bichos, seres que se alimentan de los pocos despojos que encuentran, o tienen que recurrir a una página web para conseguir es ración de sangre que les mantiene con vida y cuerdos.
Pero incluso algunos de los que están considerados vampiros “puros” tienen que agachar la cabeza ante los temibles VO (Vampiros Originales), que los miran con desdén, utilizándolos en las tareas más grises e ingratas.
Así que es normal que uno de ellos, Anwar Gobin, haya elaborado un plan para robar un objeto místico, con el que poder culminar su elaborada venganza.
Pero para ello necesitará la ayuda de otros parias, la joven chupasangre Hex; Steve Woobang, un informático que se relacionó con quien no debía; Daryl Leeds, un antiguo y amargado operativo del gobierno y, finalmente, Garrapata, un tipo bastante desquiciado, al que le vuelan la cabeza de la manera más brutal.
Al principio de este segundo volumen todo está en marcha, y el “equipo” se pone en acción: Hex y Daryl compartirán un periplo hacia Florida, Steve se infiltrará dentro del complejo donde los vampiros van a celebrar las navidades y Anwar, como viene siendo su costumbre, tiene un plan secreto en mente, algo que no ha contado a sus socios y que va a suponer un vuelco total a la relación con ellos.
Mientras tanto, el preciado “cargamento” donde viene el Ónice, dentro del pecho del peligroso vampiro serbio Tor, está a punto de llegar a su destino, y cambiar de recipiente vampírico.
Las piezas están en su sitio, todo parece desarrollarse según lo acordado, pero claro, en estos casos lo inesperado puede dar un vuelco a todo, aunque se trate de algo tan común como que a uno de los personajes implicados en la trama le entre una irrefrenable hambre…
Ah, y no olvidéis que un terrible monstruo, con ansias asesinas, sigue el rastro de este singular grupo, y sus intenciones no son precisamente amigables.
Nunca unas navidades fueron tan sangrientas y divertidas.
Para narrarnos la caótica conclusión de este cómic, el trío compuesto por Henry Zebrowski, Marcus Parks y David Rubín han puesto toda la carne en el asador, y las viñetas se van a manchar de preciado líquido rojo, y alguna que otra víscera, todo hay que decirlo.
Cuando el caos y la violencia estallen, agarraos bien a las páginas de este divertido cómic, ya que lo inesperado os espera en sus viñetas. El terror nunca fue tan divertido.
Y, ¿quién sabe? A lo mejor hasta las cosas salen bien para sus protagonistas…
Operación Amanecer Volumen 2: Ya estamos muertos
Guion: Henry Zebrowski, Marcus Parks
Dibujo: David Rubín
Tapa dura
Color
112 págs.
18 euros
Astiberri
