Sandman, el vigilante defensor de la justicia, tendrá que enfrentarse a una versión negativa de sí mismo.
Wesley Dodds, pacifista nato, trata de vender una de sus creaciones al ejército de los Estados Unidos, una fórmula que hará que las guerras sean menos cruentas, dejando a los enemigos simplemente dormidos en el campo de batalla. Pero ni la ayuda de un íntimo amigo de su padre, Wheeler, hará que el rudo coronel Breckinridge piense de otra manera, mucho más expeditiva a la hora del combate, sin importarle para nada las bajas de contrario.
Bastante hundido, dado su frágil carácter, Wesley se marcha de la oficina del militar cabizbajo, pensando que todo su trabajo científico no ha servido de nada. Afortunadamente, hay alguien que siempre le respalda y da ánimos, ya que es la creyente número uno en su cruzada contra el crimen. Se trata, claro está, de Diane Belmont, su novia, que al contrario que él, tiene un fuerte carácter y que le va a a aconsejar y ayudar en más de una ocasión en su cruzada contra el crimen.
Pero la negativa del militar tan solo va a ser la punta de un iceberg de sucesos que continuará con el incendio de la casa de Wesley y, sobre todo, el hurto de un cuaderno donde éste guarda todas las fallidas fórmulas de sus experimentos con el gas de sueño, la mayoría letales para quien las respire.
Y sin él proponérselo, un nuevo caso criminal, con Dodds como principal protagonista se inicia en estas apasionantes páginas, que lo llevará de la morgue de la ciudad hasta sus calles, tratando de averiguar la identidad de un peligroso sosias que ha aparecido y que, contando con la peligrosa fórmula en su poder, utiliza métodos muy expeditivos, letales.
¿Quién se esconde tras este plan, manejando los hilos? ¿Podrá Wesley Dodds sobrevivir a una ración de su propia medicina cuando inhale el gas del sueño?
Todas estas dudas y alguna más que surgirá por el camino van a ser contestadas en esta miniserie, protagonizada por Sandman (nada que ver con el Morfeo de Neil Gaiman, aunque sí que tenían cierta «relación»), un personaje que permanecía en ese baúl de los recuerdos de DC, un limbo al que van a parar muchos de los personajes más clásicos de la editorial y que fue recuperado por unos grandes autores como Matt Wagner (Grendel) y Steven T. Seagle (House of Mistery), que junto al dibujante Guy Davis (BPRD) y otros ilustradores crearon en el legendario sello Vertigo la cabecera Sandman Mistery Theatre. Una etapa ésta que llevó al personaje a las más altas cotas de calidad argumental.
En la miniserie recopilada en este volumen ha bastante influencia de esa genial etapa, ya que se le da mucha importancia a la faceta humana tras la máscara antigás del vigilante, y Wesley Dodds, sus problemas y dudas, estarán siempre en primer lugar. Se nota que Robert Vendinni (The Surrogates) ha hecho bien los deberes. Aunque eso no quita para que el canadiense Riley Rossmo (Harley Quinn, Batman/The Shadow…), dibujante del cómic, nos regale varias escenas de acción muy espectaculares.
Si os gusta el buen thriller, éste es vuestro cómic, y haréis un viaje a 1940 que no podréis olvidar. Ah, y con una conclusión que seguro os deja con la boca abierta…
Wesley Dodds: Sandman
Guion: Robert Vendinni
Dibujo: Riley Rossmo
Tapa dura
Color
144 págs.
21,50 euros
ECC Ediciones