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Vinieron de dentro de…

La llegada a su nuevo apartamento iba a suponer una experiencia que la protagonista de este cómic nunca iba a poder olvidar.

Y es que Darla, una joven que aspira a ser diseñadora de éxito, regresa al barrio en el que creció, los bottomyards, una zona de la ciudad de Chicago que durante muchos años ha estado relegada, dejada de la mano de Dios y que, debido a ese fenómeno bautizado como gentrificación, se ha puesto de moda entre la juventud, los artistas y todo aquel o aquella que pretenda estar “a la última”, así como los especuladores que pretenden sacar tajada, como siempre.

Eso sí, justo antes de que la chica llegue a su nueva vivienda veremos cómo en ese edificio de particular estructura pasa algo raro, hecho del que se percata Patrick, un electricista bastante flipado con el tema conspiranoico, y que se va a convertir en una presencia constante, y aparentemente amenazadora, durante todo el relato.

Cynthia es la mejor amiga de Darla, y se supone que va a ser su compañera de apartamento, pero su actitud algo alocada hará que el conflicto surja entre las dos amigas. Para calmar los nervios, Cynthia le traerá un inesperado regalo a su amiga, un vetusto televisor, hecho éste que va a desvelar algunos de los secretos que se esconden tras las paredes del siniestro inmueble.

Pero claro, la protagonista no es la única ocupante del edificio. Allí conocerá a Katherine y su hijo Charles, un tipo algo “especial” al que todos llaman Chucky. Están a punto de dejar el lugar pero antes conoceremos algo de la historia del edificio y como su génesis está íntimamente ligada con estas dos personas.

El otro vecino es Julio, conocido como Plymouth Rock, un joven rapero que rápidamente hará buenas migas con Darla y que tampoco se ha percatado aún de esa presencia que los vigila a todos. Tal vez cuando lo haga será demasiado tarde…

Y es que en ese edificio pasa algo raro, un secreto que Gene, el tipo que le ha alquilado el apartamento a Darla, parece saber. Una ominosa presencia que poco a poco se irá haciendo más tangible, hasta que el terror surja finalmente, imparable.

En una imaginaria coctelera mezclad la lacra de la gentrificación en las grandes ciudades, en las que barrios de toda la vida son transformados con la llegada del turismo más indeseable, pisos de toda la vida que se tornan apartahoteles, transformando la vida en el lugar y haciendo que los alquileres suban de manera desproporcionada.

Añadid unas buenas gotas extraídas de algunas películas de terror firmadas por genios del terror como John Carpenter o David Cronenberg, con esos silenciosos apéndices que se arrastran tras las paredes del singular edificio, vigilando, esperando el momento en el que un ser que parece nacido de las pesadillas de H.P. Lovecraft surja. Justo entonces no habrá vuelta atrás, y el tono cotidiano de esta historia se transformará de forma radical…

Sus autores, Ezra Claytan Danjels y Ben Passmore logran la mezcla perfecta de géneros, consiguiendo crear un cómic crítico con lo que está sucediendo en muchas grandes urbes  (en esta ocasión, Chicago) a la vez que introducen el elemento fantástico-terrorífico.

Un argumento que te atrapa desde el principio de la historia y que, poco a poco, te va llevando por unos caminos que no pensabas que ibas a transitar como lector, y que concluye, como no podía ser de otra forma, de la manera más inesperada.

Bottomyards

Guion: Ezra Claytan Danjels

Dibujo: Ben Passmore

Tapa blanda

Color

152 págs.

22 euros

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